El lugarazo común viene pegado a la mentira de que la marcha para defender al INE fue un fracaso, ya saben, porque “Trataron de competirle a Andrés en su terreno, las calles. Ternuritas”. Más ampliamente, el lugarazo común apunta a que, “históricamente, las calles son de la izquierda”, lo que no solo explica el supuesto fracaso, sino el éxito rotundo que se viene este domingo, el 27, cuando las fuerzas vivas salgan a rendirle tributo al presidente más popular de la historia en México y, probablemente, en el mundo entero. Más allá de que la marcha fue un éxito, como sabemos todos, oficialistas cínicos y opositores, y de que las marchas convocadas y sobre todo financiadas desde el poder presidencial no son marchas sino, aunque les arda, desfiles, la afirmación contiene una falsedad monumental. Por supuesto que, en México y el mundo, las barricadas las ha montado la izquierda, si queremos usar todavía esas categorías. La izquierda… y la derecha. Es una verdad a escala universal. Digo, sí han oído hablar de Hitler y Mussolini, supongo (podemos discutir si el fascismo es propiamente de derechas, pero dejémoslo así). Y es una verdad a escala nacional. Antes de que López Obrador hiciera su gran marcha contra el fraude que dice que sufrió en Tabasco, y mucho antes de que bloqueara Reforma a partir del fraude del fraude de 2006, esa mentira fundacional del morenismo, el PAN salió a protestar a las calles, reiteradamente, contra el priismo eterno. Ni modo: Maquío Clouthier, por ejemplo, y para no ir más lejos, se les adelantó con la protesta callejera a unos cuantos representantes de la progresía contemporánea, igual que al rey de las calles, el presidente López Obrador, le organizaron una marcha gigantesca cuando era jefe de Gobierno porque, nada nuevo bajo el sol, la inseguridad era ya insoportable en estas tierras. Por si alguien lo olvidó, también se dedicó a denostar a aquellos manifestantes. Lo dicho: nada nuevo. En el desfile del domingo va a haber, por supuesto, muchos que irán a manifestarse por convicción: el presidente tiene todavía numerosos seguidores. Pero la marcha será inevitablemente un desfile no solo por la convocatoria presidencial misma, sino por la lanota que le han metido a los camiones, los refrescos y el pago en –sobra decirlo– cash para garantizar contingentes –mejor tener recursos públicos y fieles que fieles sin recursos públicos–, así como por los trabajadores obligados a marchar, los políticos obsecuentes, los taxistas pirata, los ambulantes que van para que la calle siga siendo suya y los beneficiarios del asistencialismo morenista, no sea que pierdan la “beca”. En resumen, la “marcha” del domingo será inevitablemente, y eso lo saben también tanto oficialistas como opositores, lo que no fue la de apoyo al INE: una marcha comprada. POR JULIO PATÁN

COLABORADOR

@JULIOPATAN09