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El único límite real para Trump parece ser el propio Trump. Ni la Corte Suprema conservadora ni el Congreso, liderado por el Partido Republicano
00:10 lunes 3 noviembre, 2025
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El presidente Donald Trump se ha erigido en un mandatario prácticamente sin límites en su autoridad, en un escenario que parecía impensable en Estados Unidos. Al apropiarse del derecho a usar las Fuerzas Armadas "como y cuando sea", Trump sienta precedentes "con posibles consecuencias radicales", escribieron Jim VandeHei y Mike Allen en una columna publicada por el diario cibernético Axios. "El único límite real para Trump parece ser el propio Trump. Ni la Corte Suprema conservadora ni el Congreso, liderado por el Partido Republicano, han mostrado mucho interés en limitar este poder ejecutivo", anotaron los analistas. El reporte adquiere tonos diferentes luego de lo que parecen amagos sobre la posibilidad de que Trump busque un tercer período Presidencial, prohibido por la 22 enmienda de la Constitución, pero que ahora parece posible por el interés personal del mandatario y el entusiasmo de sus seguidores. Pero no son los primeros. Ya de hecho, hace una década el columnista conservador George Will lamentaba en The Washington Post que los estadounidenses, hartos de un gobierno disfuncional, pudieran dejarse llevar por llamados al cesarismo, entendido como el gobierno de un "hombre fuerte" que hace de lado a sus contrapesos. Will se refería específicamente a Trump, que en aquel momento era el aspirante más viable, y controversial a la candidatura Presidencial republicana para las elecciones de 2016. Hoy, en 2025, VandeHei y Allen anotan que la actual dinámica "le da la libertad a Trump de usar tropas federales en ciudades estadounidenses a pesar de la objeción del gobernador de un estado, de matar personas en el extranjero sin autorización ni escrutinio de guerra, de procesar a sus críticos en tribunales estadounidenses, o de apropiarse de las facultades del Congreso sobre aranceles y gasto". En principio, futuros presidentes podrán reclamar el mismo poder que Trump, sobre la base de una teoría de poder Presidencial ilimitado que, según los columnistas, no es nueva "pero nunca se había extendido tanto ni tan rápido". Cierto que Trump no es el primero en invocar poderes de emergencia para enfrentar crisis, pero ha usado la percepción de problemas con profundas cargas sociales entre grupos derechistas para ampliar sus poderes: la llegada de migrantes indocumentados, el tráfico y consumo de fentanilo, o la necesidad de imponer aranceles comerciales. Y con esa autoridad y el apoyo judicial, el Presidente es el único que juzga con inmunidad. El problema es que Trump, o sus seguidores, alientan la idea de que su autoridad no tiene límites, y de hecho las pequeñas mayorías republicanas en el Congreso federal no parecen dispuestas a poner cotos, mientras la mayoría de jueces en la Suprema Corte de Justicia está ideológica y políticamente inclinada en favor del mandatario. En otras palabras, y a reserva de sorpresas, Estados Unidos está en el umbral del Presidencialismo. POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS COLABORADOR JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM @CARRENOJOSE