El Departamento de Estado de Estados Unidos notificó el retiro de decenas de embajadores de carrera, designados durante la administración anterior, como parte de una reestructura para consolidar la política exterior del presidente Donald Trump.

Los jefes de misión, en su mayoría diplomáticos con trayectoria profesional y no designaciones políticas, recibieron la instrucción de abandonar sus puestos a mediados de enero, confirmó la Asociación del Servicio Exterior Estadounidense (AFSA, por sus siglas en inglés).

Esta medida afecta a representantes diplomáticos en aproximadamente 30 países, con una concentración significativa en naciones de África, de acuerdo con reportes preliminares y comunicados internos del sindicato que representa a los empleados de la cancillería estadounidense.

Reestructura bajo la doctrina "America First"

Si bien es habitual que un nuevo gobierno sustituya a los embajadores "políticos" —generalmente donantes de campaña o aliados cercanos— al inicio del mandato, el retiro masivo de diplomáticos de carrera antes de concluir su periodo de tres años resulta atípico en la tradición de Washington.

Un alto funcionario del Departamento de Estado, quien solicitó el anonimato, declaró que la rotación de embajadores constituye "un proceso estándar en cualquier gobierno".

Un embajador es un representante personal del presidente, y es derecho del mandatario asegurarse de que tiene individuos en estos países que promuevan la agenda de 'Estados Unidos primero'", señaló el funcionario.

Preocupación en el Servicio Exterior

La AFSA expresó su postura a través de un comunicado, subrayando la falta de justificación oficial para estos movimientos abruptos.

Desde su llegada a la titularidad del Departamento de Estado, Marco Rubio ha implementado reformas sustanciales en la estructura diplomática. Bajo su supervisión y la directriz de la Casa Blanca, la política exterior se ha reorientado hacia tres ejes prioritarios:

Combate frontal a la inmigración ilegal desde los países de origen.

Recortes significativos a la ayuda exterior y programas de cooperación internacional.

Eliminación de políticas de diversidad e inclusión dentro de las embajadas.

Esta nueva ola de retiros se suma a la destitución de cientos de empleados dentro del Departamento de Estado reportada en meses anteriores, marcando un endurecimiento en el control administrativo de la diplomacia estadunidense.

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Con información de Excélsior