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Según un antiguo dicho, los economistas explicarán mañana, por qué no ocurrió hoy, lo que pronosticaron ayer
00:03 viernes 15 septiembre, 2023
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“Los asuntos de este mundo son tan cambiantes y dependientes de tantos accidentes, que es difícil formarse un juicio sobre el futuro; incluso los pronósticos de los sabios casi siempre resultan falsos”. Francesco Guicciardini historiador y filósofo florentino.
Según un antiguo dicho, los economistas explicarán mañana, por qué no ocurrió hoy, lo que pronosticaron ayer.
Es frecuente que el pronóstico del comportamiento de variables económicas y financieras esté sujeta a una gran variabilidad. Esto es posible observarlo, por ejemplo, en la encuesta que realiza Banco de México sobre las previsiones de distintos agentes económicos especializados, del comportamiento de variables como la inflación esperada.
La variabilidad de los pronósticos casi siempre es elevada; cuando teóricamente se trata de grupos que tienen el conocimiento, las habilidades y herramientas técnicas u sobre todo la misma información, necesarias para aproximar pronósticos.
Lo mismo ocurre con variables como el tipo de cambio. El último periodo de estabilidad e incluso de apreciación del peso respecto del dólar, ha sido tratado de explicar o de pronosticar cuándo terminará, por múltiples economistas, sin que la fecha se tenga, ni una versión completamente clara de los fundamentos de dicha estabilidad y apreciación, ni una visión más o menos certera de cuánto puede durar este proceso.
Las razones de fondo son múltiples, pero una muy importante, olvidada por muchos modelos económicos clásicos y más recientemente recuperadas por aproximaciones conductuales de la economía, radica en la dificultad de identificar aquellos patrones de conducta humana que inciden y frecuentemente determinan, el comportamiento de las variables.
Tendemos a pensar que la economía es una ciencia exacta y numérica. Sin embargo, desde su origen Adam Smith en “La teoría de los sentimientos morales”, explica como las personas tomamos decisiones moviéndonos entre dos sistemas: uno más racional y uno mucho más emocional. Keynes por su parte, atribuyó muchas de las distorsiones que frecuentemente encontramos en el comportamiento de variables económicas, a lo que llamó los “espíritus animales”, haciendo referencia a factores que influyen las decisiones, que tienen un trasfondo menos racional y más emocional.
Incluso la idea teórica más difundida de un ser humano racional en términos económicos (Homo Economicus) atribuida a John Stuart Mill, tiene que mediatizarse cuando el mismo Stuart Mill hablaba de la dificultad para considerar todos los elementos de la conducta, en el análisis de las decisiones y comportamiento de los fenómenos.
Más recientemente, autores como Daniel Kahneman han explicado cómo la percepción de las personas modifica factores como la aversión del riesgo, en determinados contextos y, varios de los últimos premios Nobel de Economía, dan una aproximación conductual a la forma en la que las personas y las organizaciones toman decisiones y, consecuentemente, en como inciden en el comportamiento de variables económicas y financieras.
Por si ello no fuera suficiente, la última década en particular ha sido caracterizada por elementos de volatilidad y de incertidumbre que generan una afectación adicional al comportamiento de las relaciones económicas, entre países y a nivel regional y de la percepción que las personas tienen sobre la certeza del futuro, por ejemplo, de las inversiones; así como del efecto de elementos disruptivos en el futuro de la actividad económica de las sociedades.
Es evidente que seguiremos pronosticando; pero más que nunca debemos ser cuidadosos sobre los elementos que consideramos para pronosticar y sobre el margen de certeza e incertidumbre que está implícito en los pronósticos.
El autor es politólogo, mercadólogo, financiero, especialista en economía conductual y profesor de la Facultad de Economía de la UNAM. CEO de Fibra Educa y Presidente del Consejo para el Fomento del Ahorro Educativo de Mexicana de Becas. raul@martinezsolares.com.mx – síguelo en Twitter @martinezsolares