Vínculo copiado
Ebrard sigue indeciso. No se define. Ni se va, ni se queda en Morena. Ni rompe, ni se suma...
00:03 jueves 14 septiembre, 2023
Colaboradores
Ebrard sigue indeciso. No se define. Ni se va, ni se queda en Morena. Ni rompe, ni se suma. No se atreve a dar un paso al frente, tampoco da uno hacia atrás. Luce inmóvil Ebrard ha tomado una serie de decisiones equivocadas. Y sigue profundizando en ellas. Sigue tibio, indeciso. No se define. Titubea. Ni se va, ni se queda en Morena. Ni rompe con Claudia Sheinbaum, ni se suma a ella. No se atreve a dar un paso al frente, tampoco da uno hacia atrás. Luce inmóvil. “Va a depender la respuesta que tenga Morena, el curso de acción de lo que nosotros vamos a seguir. Si esas circunstancias e indecencias en el proceso se quedan igual, yo ya no tendría interés en seguir en Morena”, dijo el pasado lunes el excanciller. Había generado mucha expectativa, desde el miércoles de la semana pasado, sobre lo que haría. Fue puro humo. No hubo nada. Esperará a que Morena se pronuncie, dice. Pero Morena ya ha sido muy claro. “El resultado de este ejercicio es definitivo. Nuestro movimiento sale fortalecido de un proceso limpio, democrático, transparente. Con un resultado incuestionable: es Claudia”, dijo Alfonso Durazo, presidente del Consejo Nacional de Morena, el domingo pasado, al entregar la constancia como ganadora a Sheinbaum. “Resultado definitivo”, “proceso limpio, democrático y transparente”, “resultado incuestionable”. ¿Qué más necesita escuchar Ebrard? Ahí está la respuesta a sus impugnaciones. ¿Qué más necesita para tomar una decisión? ¿Por qué alarga su despedida? Mientras Sheinbaum está en la antesala de la boleta presidencial, Ebrard sigue esperando algo que nunca llegará. Espera, espera… y así se le va este tramo de su vida política: esperando. A destiempo, tomará un camino que ya conoce y que, en su intento anterior fracasó: el de Manuel Camacho, su mentor. Marcelo esboza la idea de conformar un nuevo partido pasado 2024, recargándose en su Movimiento Progresista. Camacho intentó lo propio con el Partido del Centro Democrático. Nunca pudo levantarse de la lona. Quedó disminuido y repudiado por un sector. En política, dice el clásico, no se cometen muchos errores; se comete solo uno. Los demás son consecuencia de ese primero. Marcelo sufre las consecuencias de su primer error: no irse a tiempo y participar en un proceso que tenía ganadora antes de iniciado. El excanciller equivocó arrinconándose y erró al participar en un método diseñado para ungir a quien encabeza hace años las encuestas: Sheinbaum. Fue a una batalla perdida. Aceptó las reglas y ya derrotado acusó “incidencias”, trató de reventar el proceso y ahora se enreda. Muy tarde. Él se puso una camisa de fuerza; dijo hasta el cansancio que no se iría de Morena. Y ahora deberá desdecirse, con las consecuencias que eso traiga. -Off the record Las señales estaban muy claras. Ya no había espacio para él, por eso Ricardo Monreal de plano se bajó de la contienda por la candidatura a la Jefatura de gobierno de CDMX. Sigue creciendo la aspiración de Omar García Harfuch. POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM
@MLOPEZSANMARTIN