Vínculo copiado
Como ya he comentado, tengo debilidad por el Joserra, mi Bodocón, que me parece la quintaesencia de los valores de la Cuarta Transformación de la Vida
00:10 martes 30 diciembre, 2025
Colaboradores
El Doctor Patán vio la foto y no titubeó:
–Vístete, que nos vamos de compras a Lorenzo Pavía…
Como ya he comentado, tengo debilidad por el Joserra, mi Bodocón, que me parece la quintaesencia de los valores de la Cuarta Trasnformación de la Vida Pública. Me conmueve la mezcla única de su éxito profesional y la ternura de su mirada –esa bonhomía, esa dulzura rebelde tan de su familia–, así que me pareció buena idea seguir sus pasos y darle un gusto a la señora de la casa, porque se lo merece, siempre, y porque francamente se la rifó con la cena de Navidad. (Aquí su Doctor avisa que abandona la cocina de manera definitiva. He sido ampliamente superado, como dejó claro mi hija, que no estaba al tanto del cambio de chef, cuando dijo: “Bien, papá. Esta vez sí quedó bueno el pavo. ¿Al fin te decidiste a usar el termómetro de carnes para que no se secara?” Disculparán la digresión).
–¿Adónde? ¿De qué hablas?
–¿López Riaño? Bueno, a la tienda del Bodoconshain, como se llame. Por lo que entiendo de lo que dicen en redes, tienen cosas súper bonitas.
Me miró con una expresión que ya le he visto antes, que combina un “¡Ayñññ, cosita!”, con un “En serio que te hizo daño Pericoapa, mano”, y disparó:
–No nos alcanza ni para entrar a ver la tienda.
–Damos un tarjetazo. Me fue bien en el cierre de año. Hay mucha gente en la consulta. Y recuerda que nos ahorramos lo del pavo.
(El pavo me lo regaló un colega de “El Heraldo”. Dijo que no se daba abasto con tantos arcones navideños y tuvo ese bonito gesto, mientras se llevaba a casa un McCallan 18, unas angulas y un Vega Sicilia. El pavo se lo regalaron, a su vez, los de un sindicato en Oaxtepec.)
–Se llama Loro Piana, y te pueden pedir seiscientos mil pesos por un abrigo. Mira su página. Los suéteres están en cincuenta.
Luego vino una explicación sobre el lujo silencioso, si recuerdo bien el nombre que le dio a esta tendencia. Aparentemente, lo de llevar una marcota en el pecho ya no es considerado de buen gusto, a pesar de lo que sugieren las costumbres de algunos otros compañeros de movimiento. La cosa es que me disuadió. Aunque, como le dije a la señora, el cierre de año no estuvo del todo mal, esas cantidades me quedan a años luz. Muchos años luz.
“Seguro que al Doctor lo reconcomió la envidia”, dirán. Permítanme corregirlos. Nada más cercano a la realidad. Según he comentado anteriormente, celebro cada pequeña victoria tipo GQ del admirable Bodoconshain, un emprendedor y un abogado de primer orden que salió, como aquí su Doctor, de una de esas unidades habitacionales de clase media muy media. ¡Vaya salto! De Copilco a salir de Loro Piana con una bolsa de Hermès, pero con la austeridad republicana de esos pants negros y la mirada noble del que lucha por el pueblo bueno. El tío Noroña se sentiría orgulloso.
POR JULIO PATÁN
COLABORADOR
@JULIOPATAN09