Un Decreto firmado por 27 legisladores o un Gobernador no garantiza un éxito.

En muchos ejemplos y temas se ha visto y sabido. La pretensión de crear el municipio numero 59, en lo que ahora es la Delegación perteneciente al municipio capitalino, Villa de Pozos, no puede ni debe darse por Decreto y ya.

Vamos, la creación de un municipio no es el pastel de un recetario que viene en la Constitución, cuyo cumplimiento a cabalidad da por resultado y por arte de magia un perfecto postre. El que se hayan presentado miles de firmas por parte de vecinos -que esperemos todos vivan, tanto en Villa de Pozos como aun en la tierra- que avalan dicho proyecto tampoco es una legitimación plena. Los análisis sensatos, plenos, consientes, inteligentes, analizados, coherentes, razonados, jurídicos, históricos y prudentes deben de versar en todos los rubros: sociales, económicos, de servicios y de garantías por parte de su autoridad que sostenga una nueva demarcación con su territorio, su población y su gobierno. 

En estos tres elementos: un gobierno que políticamente logre garantizar una estabilidad de primera -no de primaria- a sus nuevos habitantes.

Aquí está el punto: políticamente bien configurado, no como un botín político para figuras. Lo anterior lo comentamos por las voces, como la del Dip. Mauricio Ramírez Konishi, quien lo ha manifestado públicamente: “La creación de Pozos como municipio no debe ser por intereses o presiones políticas”.

De 27 legisladores solo él, para variar. Alguna razón deberá tener el resto de la oposición.  Gobernar por decreto no deja más perjuicios que a quienes por intereses propios no se escuchó y menos se pensó.