Sin duda el año 2024, en materia de seguridad o inseguridad, ha sido un parteaguas para el estado de Guanajuato: casi 3 mil homicidios dolosos. Y Zacatecas no se quedó atrás: hechos de violencia que consumen poblaciones y municipios enteros. Terrorismo vivo que ha arrodillado a los gobiernos. Los disparos, no solamente los de las pistolas, sino lo de las cifras, fueron un crujir de 'ires' y 'venires' entre militares, fuerzas armadas federales, estatales y las pobres municipales frente al armamento y peligro de los grupos de la delincuencia. ¿Y qué tiene que ver SLP con ellos?: la vecindad.  Como si fuera poca cosa. La cercanía nos hace punto medio entre estas dos demarcaciones. ¿Y el gobierno federal?, vale más que la autoridad estatal potosina toque las puertas adecuadas. En seis años la estrategia de la federación descansó más en los abrazos que en la verdadera lucha y garantía de seguridad para lo ciudadanos, esperemos que ya haya cambiado la mentalidad del Palacio Nacional. Y entonces SLP deberá reforzar sus fronteras con estos y los demás estados en donde se respiran aires de inseguridad: Tamaulipas y Jalisco son otro tema.