El que un funcionario o funcionaria pública -de cualquier dependencia y de cualquier nivel del gobierno-, se presente en un mitin político de “X” candidato o candidata y condicione cumplir con su trabajo (que se paga con recursos públicos y que se debe hacer para la ciudadanía en general, así simpaticen unos con rojos o morenos) a cambio de votar por dicho candidato o apoyar a un partido, es un delito. Es violentar la ley. Punto. Tanto de parte del funcionario y la dependencia que represente, como de parte del candidato y su partido. Eso hizo el candidato de MORENA a la Alcaldía del municipio huasteco de Tanquián de Escobedo, S. L. P., PABLO JONGUITUD GUERRERO, en su evento partidista y electoral. Y eso hizo la Secretaría del Bienestar del Gobierno Federal en San Luis Potosí. JUAN PABLO ÁLVAREZ HERNÁNDEZ (identificado como coordinador en aquel municipio de la Secretaría del Bienestar del Gobierno Federal), se presentó cínicamente y sin ningún recato de inteligencia básica política en ese evento partidista “por parte de la Secretaría del Bienestar”, así tal cual. Tomó el micrófono y sentenció amenazante: que los programas sociales federales que su dependencia entrega, solo con Morena tendrían continuidad. Candidatos, candidatas: antes de que le suelten el micrófono a cualquiera en sus eventos y sea funcionario, díganles que no se presenten como “Director de…”, “Secretario de…” o “de parte de la Secretaría del Bienestar”. Piénsenle tantito. Funcionarios públicos, piénsenle tantito Autoridades Electorales: Esto es un delito. Piénsenle o actúenle tantito… o “muchito”.