Debe haber alguna razón. No es normal. Y tampoco es de este sexenio. La Secretaria de Turismo estatal “tiene algo”. Juan Manuel Carreras López (2015-2018) pecó de no querer reconocer que el entonces titular de esta dependencia no era más que el pago a una cuota política de algún sector huasteco o priista.  El peso económico y político de la familia Esper logra una silla en el gabinete en la figura de Arturo Esper. Resultado: el desastroso inicio de la caída de este sector. Llegó la administración de Ricardo Gallardo hace 2 años y 10 meses y con ello, la SECTUR, 4 titulares: Patricia Veliz, Francisco Reyes, Aurora Mancilla y hasta ayer -salida anunciada por el Gobernador Gallardo- Juan Carlos Machinena. Un promedio de 8 meses y medio por secretario en la Secretaria de Turismo. ¿Es normal? Por supuesto que no. Y no se tratan de movimientos de nombres por capacidades necesarias en otros espacios. Se tratan de salidas abruptas que atienden únicamente al clásico “por motivos personas” y no se vuelve a saber nada de las y los “ex” hasta que se les escucha quejarse del exjefe por falta de apoyo económico y del exjefe por falta de capacidad. Sea cual fuese la razón, la realidad es que desde hace dos sexenios y 5 secretarios, los gobernadores no han entendido que este vital escritorio carga en sus cajones uno de los sectores más importantes de la economía y vida potosina: hotelería, restaurantes, agencias, proveedores, prestadores de servicios y un larguísimo etcétera. Cuya realidad se refleja en que las autoridades no miden su peso específico y nombran a su titular en atención a “acomodos amistosos como pagaduría por servicios electorales”. En lugar de atender con quién se nombren las verdaderas necesidades y potencialidades de la industria sin chimeneas. Veremos a quién nombra el Gobernador Gallardo, cuánto entiende de arquitectura o de biología molecular y cuánto dura en el cargo. Hagan sus apuestas.