Si las y los gobernantes, de cualquier nivel, poder y color, son creyentes en algún personaje navideño o en alguna divinidad que provee de obsequios a las y los que se porten bien, no esta de más que hagan sus respectivas cartas.  Esta noche que la tradición, independiente de cualquier religión, habla de una “Noche Buena” y posterior “Feliz Navidad” lo menos que se debe pedir es paz y tranquilidad. Deseos venturosos a los que aspiramos todos los seres humanos y de cualquier nación. Hoy más que nunca pedir fuerzas espirituales de prudencia e iluminación intelectual que los guíe por buen camino y mejores decisiones. No ver la “Navidad” y el “Año Nuevo” como una época en donde aprovechan para repartir despensas, dulces o cobijas. Mejor aún, tratar de arrastrar el lápiz para una mejor planificación de lo que puede pasar de ser un simple deseo de “rica cena” a un mejor regalo para próximas generaciones. “Regalarnos” paz y bienestar, ese sería un buen regalo. Bonita Noche Buena y Feliz Navidad.