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Nueva política social dadivosa selectiva
00:02 viernes 17 enero, 2025
Colaboradores
A media semana, un ciudadano como usted o nosotros, empresario, padre de familia, hijo emprendedor, trabajador. Como un taxista, como un proveedor, como un constructor, como un prestador de servicios fue robado en su negocio.
Grabó un video y lo hizo público a través de sus redes sociales. Entraron a su negocio de ropa, zapatos y accesorios de marcas muy exclusivas, no de cualquier costo, e hizo pública la denuncia de su tragedia. A nadie se le desea y menos se le toma al drama teatral.
Pero la respuesta oficial sí se convirtió en una sátira de vil carpa de revista de cualquier esquina de la barriada.
No han pasado ni 72 horas del atraco, menos de la detención de algún metiche que haya visto cuando abrieran la puerta siquiera, e ipso facto la Secretaría de Finanzas, representada personalmente por su titular Ariana García Vidal, hizo público el “acto de solidaridad y compromiso con los ciudadanos” que le entregaron al afectado un cheque por 350 mil pesos para “resarcir el daño causado” y apoyar porque “contribuye al desarrollo económico del estado”. (Encomillados de la publicación oficial de las redes de Finanzas).
Pero a partir de esto, díganos, para informar: ¿a qué ventanilla podrán acudir los cientos de ciudadanos que en todo el estado, desafortunadamente, son víctimas de robos, asaltos, atracos en sus casas, carreteras y negocios?
¿Qué papelería tienen que llevar?, ¿cuántos likes deben tener en sus publicaciones en redes?, ¿qué productos robados o tipo de asalto son susceptibles de recibir su bonito cheque con fotografía y toda la cosa? o ¿por qué 350 mil pesos? y no ¿200 pesos o 5 millones en daños? Esto sin meternos al tema ¿de qué partida salió el recurso? o, todavía más importante: ¿el Gobernador estaba enterado o fue por la libre?
O por otro lado, pero en el mismo tenor de ciudadanos ansiosos de que el gobierno no les apoye por un robo, pero mínimo les pague lo que les debe: ¿dónde quedan aquellos pequeños, medianos y grandes emprendedores que, con trabajos y servicios ejecutados reales y tangibles con facturas o recibos en mano, no se les ha abonado ni una de las mensualidades acordadas?
Las situaciones son distintas, ¿pero la respuesta de la dependencia encargada del dinero público debe ser pareja, no?
¿El robado o asaltado debe pasar por un filtro selectivo según la zona o negocio? y ¿el emprendedor acreedor debe seguir esperando las enfermizas respuestas oficiales de que “ya pronto saldrá su pago”?
Estas y otras son preguntas que darán pie a una nueva “política social dadivosa selectiva” ya marcaron antecedentes.
Pero también a que nosotros como medios y la ciudadanía preguntemos ¿de qué se trata?
Por lo pronto, lo más importante para el beneficiado y que así se lo deseamos: Ojalá no le rebote el cheque.