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“No nos pueden fallar a los potosinos, no le pueden fallar a los chavos”
00:03 jueves 13 junio, 2024
Colaboradores
“Cuando se murió mi madre, pensé que ese era el dolor más grande que iba a sufrir en mi vida; cuando se murió mi hija, supe que estaba equivocado”. Anónimo
Roy era un muchacho amable, muy servicial, alegre, buen hermano, buen primo, buen estudiante; alguien que siempre tenía una respuesta chusca, divertida y especialmente muy querido. Con ese legado es con el que su padre, Rodrigo Espinosa Martínez, lo describe.
Roy es una de las víctimas mortales en la tragedia del pasado 7 de junio suscitada en el Antro Rich de San Luis Potosí, en la que él y otro joven de nombre Manuel perdieron la vida, y que dejó 15 lesionados, algunos de ellos de gravedad.
No obstante al dolor que embarga a los familiares de las víctimas, las autoridades se han enfrascado en un intercambio de declaraciones en las que resalta que el lugar no contaba con los permisos para operar y que tenía señalado que no podía realizar eventos luego de una revisión por parte de la Fiscalía el pasado 14 de marzo. El resto del discurso, el mismo de siempre: que no habrá tolerancia para los responsables, que la culpa es de unos, que también los otros deberían de responder, pero a fin de cuentas: nada.
Y es que, si bien, el gobernador rápidamente expresó que iba a aplicar la ley como debe de ser contra los culpables de esta terrible tragedia (bien ahí), no se puede dejar de pensar que luego politizó el tema al declarar que ya tenían conocimiento de las irregularidades pero que no quisieron actuar para no quemar a candidatos opositores por el tema de la Jornada Electoral. Al pasarse las culpas, señaló el padre de Roy, "se ríen de mi hijo”.
Porque también es importante mencionarlo, los padres de las víctimas mortales de la tragedia apenas ayer recibieron un nuevo llamado por parte de las autoridades para ver cómo van las investigaciones, qué se ha logrado y qué queda por hacer en este intento de que no todo quede en la impunidad.
En este sentido, el trabajo de la sociedad queda en la reflexión y en la empatía para que esto no sea una nota más que se difunde y se olvida con el paso de las semanas y de los meses; para que no se le dé el típico carpetazo y los autores directos de los hechos sigan en la impunidad. Nosotros como sociedad tenemos que exigir que la autoridad responda y ponga sanciones ejemplares en este evento que tiene conmocionados a los habitantes de San Luis Potosí, pero, esencialmente, tenemos que ser muy empáticos con los jóvenes y con el círculo cercano a ellos en los que hoy impera el dolor, la tristeza y la falta de tranquilidad.
Los ciudadanos requerimos tranquilidad para poder realizar nuestras actividades, no importa si son de trabajo, de escuela o de ocio; no importa si se es niño, joven o adulto; necesitamos contar con la tranquilidad de volver a casa y que nuestros padres, hermanos, hijos y amigos no tengan que recibir esa terrible llamada que cambiará su vida ante la pérdida de un ser querido.
“No nos pueden fallar a los potosinos, no le pueden fallar a los chavos”. Es la exigencia de Rodrigo Espinosa Martínez, de los padres de Manuel, de los familiares de todos los jóvenes involucrados el 7 de junio; es la exigencia de todos los potosinos.