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El teatro priista
00:03 martes 10 diciembre, 2024
Colaboradores
En el escenario perfecto para la malicia, la noche, la presidenta del PRI potosino, Sara Rocha, consumó el pasado jueves su "gran actuación" contra el priista Enrique Galindo: expulsarlo del Partido bajo el pretexto de que se salió del guion de su obra y alta traición al retrato de San Plutarco. Acompañada por “sus” priistas -sus actores de reparto, los que forman parte de su Comité Directivo y nadie más- dio a conocer la resolución proveniente del despacho de "Alito" Moreno. Sentencia que devino de un juicio iniciado por Hugo Urbina, también en la nómina tricolor, y nadie más (mínimo lo hubieran firmados dos más, si es que querían maquillarla de “un grupo de priistas enfurecidos contra Galindo”). Si lo que la lideresa tricolor planeaba era dejar en ridículo y desacreditar ante el público a su antagonista de obra, al actor priista más conocido, popular y con casi 53 mil votos tricolores de los más de 195 mil que logró en la última elección, le falló el "numerito". Fuera de la oficina de la dirigencia y de las 10 personas que siempre le acompañan, no hubo una sola matraca tradicional de los secciónales más rancios priistas que aún rondan su edificio, como el de la popular Aurorita; o nombres tan emblemáticos como el de algunos expresidentes de su Comité -Miguel Martínez Castro o Yolanda Eugenia González-, que pidieran, al día de hoy, la cabeza del alcalde. Nadie. Al contrario. Lo que Rocha provocó con su actuación, cual actriz de gran marquesina y que creemos Galindo le debe agradecer, fueron tres cosas: La primera, hacer más público y notorio al “galindismo” que hoy rodea a Enrique. La segunda, “expulsar” también, sin quererlo, a un gran número de priistas que hoy se declaran sus "istas" y siguen a Galindo. Y la tercera, Sara detonó que otros partidos, oficiales y de oposición, grupos y personajes claves del cotarro político potosino, le brindarán mensajes, llamadas, publicaciones y declaraciones “amorosas” públicas y privadas a Galindo y no precisamente navideñas. Repetimos, si lo que Sara Rocha planeaba era personificar en su escenario a Poncio señalando y prorrumpiendo el “Ecce Homo” para que la muchedumbre enardecida lo acabara por traidor, "se le cayó el teatrito". A Galindo no lo expulsó el priismo. Lo expulsó la cúpula priista -diez locales y uno en Insurgentes Norte- que tienen sus nombramientos y facultades solo en el guion teatral que un día su telón va a bajar.