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Ciertamente, nada nuevo bajo el sol, dados los escándalos en que Trump se ha visto envuelto antes, pero el empeño con que el mandatario y sus aliados
00:10 sábado 15 noviembre, 2025
Colaboradores
El caso del fallecido financiero y traficante de menores Jeffrey Epstein hizo una nueva explosión el miércoles con la divulgación de correos electrónicos que contienen menciones sobre el ahora presidente Donald Trump e insinuaciones sobre su conducta personal.
Ciertamente, nada nuevo bajo el sol, dados los escándalos en que Trump se ha visto envuelto antes, pero el empeño con que el mandatario y sus aliados lucharon por evitar la divulgación de esos mensajes contrasta con el esfuerzo que pusieron hasta principios de año en hacerlos públicos.
De hecho, todavía en mayo de este año los republicanos presionaban por la liberación de testimonios que creían pondrían bajo una luz negativa a personajes demócratas y su vinculación con el financiero, que se suicidó en circunstancias misteriosas en agosto de 2019 mientras esperaba juicio por tráfico de mujeres menores de edad en una celda vigilada en una cárcel de Nueva York.
El caso se convirtió en una causa para los partidarios de Trump, identificados con teorías de la conspiración que ponían a Epstein y los demócratas en el centro de redes de tráfico de niños y jóvenes.
Las primeras revelaciones, hace más de 10 años, llevaron a la desgracia pública de personajes como el ahora destituido príncipe Andrew de Gran Bretaña.
Una de las promesas de Trump en su triunfal campaña presidencial de 2024 fue seguir la investigación y hacer públicos los resultados.
Puede decirse que hasta hace unos meses los seguidores del movimiento MAGA del presidente Trump se entusiasmaban con cada nueva revelación sobre Epstein, mientras que los demócratas se preguntaban por qué.
Ahora... hay una literal vuelta en "U".
El nuevo desinterés de Trump y sus aliados, resulta, sin embargo, en un contraste con la atención que aún prestan algunos de sus seguidores y sobre todo con el nuevo, intenso interés que ahora muestran los demócratas.
Después de todo, hasta principios de año no había revelaciones como la carta de felicitación con el delineado de una mujer desnuda, ni fotografías de Trump y Epstein abrazados mientras veían una fiesta con mujeres jóvenes o eran jurados de un concurso de belleza de adolescentes. Y en los mensajes de Epstein la sugerencia de que Trump estaba al tanto y hasta pudo haberse involucrado con alguna de las víctimas del financiero, que también aseguró tener información sobre vínculos entre Trump y el gobierno ruso.
Y menos por supuesto el abrupto mensaje de la Procuradora General Pam Bondi, en julio, de que no habría liberación de documentos del caso. La atención provocó también, en parte, que los republicanos abrazaran el cese de actividades del Congreso como una forma de sofocar el ruido alrededor del caso.
Pero, a reserva de demás detalles, no parece haber mucho más que ruido, aunque el interés de Trump y sus aliados en "matar" el escándalo solo contribuye a la sospecha de que hay "algo" que no ha salido y, por tanto, a mantenerlo en la atención pública.
Un gran escándalo político: mucho ruido, pocas nueces.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
COLABORADOR
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE