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Principales Plumas Nacionales
06:41 miércoles 20 septiembre, 2017
PLUMAS NACIONALES
Editorial EL UNIVERSAL / Solidaridad, una vez más En la historia sísmica de la Ciudad de México el 19 de septiembre quedará doblemente marcado con una sombra funesta. Treinta y dos años después de 1985, un nuevo terremoto sacudió a la capital ocasionando derrumbes y víctimas fatales, justo a 12 días de que la zona sur del país había sido estremecida por otro intenso movimiento que dejó graves daños y miles de damnificados. Gracias a las duras experiencias previas, las autoridades han establecido protocolos para saber cómo actuar de manera inmediata. Las nuevas generaciones están habituadas a simulacros y han aprendido de la vulnerabilidad de la ciudad en la que viven. Sin embargo, solidaridad fue nuevamente la palabra que dominó en los primeros minutos. Ante el colapso de edificaciones, vecinos y personas que acuden a trabajar a zonas aledañas fueron las primeras manos que acudieron al rescate de los atrapados. Jóvenes comenzaron a dirigir el caos vial que surgió en diversos puntos. Otros comenzaron a compartir sus vehículos ante los retrasos del transporte público. Con el transcurrir de las horas el apoyo desinteresado de la ciudadanía fue clave para lograr los primeros salvamentos. Al llamado de la Universidad Nacional Autónoma de México comenzaron a integrarse brigadas de auxilio. Ante este tipo de desastres la coordinación de esfuerzos desde los primeros instantes se convierte en algo fundamental para evitar la desorganización en las labores de rescate y de atención a lesionados. En materia de normas de construcción, hay hechos que deben destacarse. En los recientes sismos que han sacudido a la ciudad de México los enormes rascacielos han resistido los embates de la tierra. Algo se ha hecho bien que urge que sea replicado en construcciones menores, las cuales ayer resultaron las más afectadas, igual que en Oaxaca y Chiapas, en el temblor del pasado 7 de septiembre. Trasladar la seguridad que se exige durante el levantamiento de torres al resto de las construcciones ayudará a evitar pérdidas humanas en futuros eventos sísmicos. La tragedia de esta vez no ocurrió únicamente en la capital del país. Morelos, Puebla y el Estado de México también fueron sacudidos por el sismo. Se requerirá el apoyo oficial inmediato para atender a los que requieran de auxilio, pero solidaridad nacional deben ser las palabras clave que ayuden a poner en pie las zonas dañadas.
Frentes Políticos I. Presentes. Luego de encabezar la ceremonia por el 32 aniversario de los sismos de 1985, el presidente de la República Enrique Peña Nieto, viajó al mediodía a Oaxaca para supervisar la entrega de ayuda humanitaria a familias damnificadas por el temblor del pasado 7 de septiembre en Chiapas y Oaxaca. En el trayecto se enteró del sismo de 7.1 grados que sacudió a la Ciudad de México y de inmediato regresó. El coordinador nacional de Protección Civil, Luis Felipe Puente, dio aviso al Presidente de lo sucedido. Al llegar a Los Pinos, Peña Nieto se reunió con el Comité Nacional de Emergencias con la presencia de los integrantes del gabinete de seguridad. El momento demandó acciones rápidas y efectivas. En 1985 la inmovilidad presidencial de Miguel de la Madrid fue criticable. No es el caso. II. Uno para todos. En la Cámara de Diputados Jorge Carlos Ramírez Marín, presidente de la Mesa Directiva, ordenó que se desalojara el recinto legislativo ante la situación de emergencia sufrida por el terremoto de ayer. El legislador pidió mesura y estar al pendiente de las labores de ayuda emprendidas por el Estado. En tanto, las Fuerzas Armadas realizaron un despliegue inmediato sobre las zonas más afectadas. Se instaló el Plan México. Pese a lo ocurrido, funcionarios de todos los niveles y los ciudadanos se dispusieron a colaborar para realizar labores de rescate. Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno de la CDMX, ordenó declarar estado de Emergencia para que “puedan llegar sin obstáculos los apoyos que se requieran”. Juntos somos más. III. Blandito. El sismo tocó el corazón de Donald Trump. A diferencia del terremoto del 7 de septiembre, cuando el mandatario estadunidense tardó varios días en externar a nuestra nación “su pesar”, esta vez su reacción fue inmediata. “Que Dios bendiga al pueblo de México”, escribió en Twitter. Hasta ahora, no se ha visto la participación de Trump ante la desgracia de México, es hora de que lo haga. Al menos, ya se solidarizó con el país: “Estamos con ustedes y estaremos allí para ayudarlos”. La comunidad internacional ya está enviando ayuda humanitaria. Sería un buen momento para limar asperezas diplomáticas con EU. No lo desaprovechemos. IV. Los costos. Para enfrentar lo ocurrido con el sismo de ayer, el país cuenta con seis mil 035 millones 987 mil 256 pesos en el Fondo Nacional de Desastres Naturales. Adicionalmente, tiene contratado un instrumento denominado Bono Catastrófico Fonden 2017, a través del cual podría tener acceso a 360 millones de dólares más. El bono tiene el objetivo de potenciar los recursos del Fonden para fortalecer su capacidad de respuesta financiera para la reconstrucción de infraestructura federal, estatal y municipal afectada por sismos y huracanes. El gobierno mexicano podría utilizar, en un inicio, 150 millones de dólares del bono para financiar la reconstrucción de infraestructura dañada por sismos. Esperemos que ese dinero no llegue a manos equivocadas. V. Nueva era. Antonio Echevarría rindió protesta como gobernador de Nayarit para el periodo 2017-2021. Se comprometió a que nadie estará por encima de la ley y se castigará a quienes robaron al pueblo. Señaló que comienza un nuevo tiempo para el estado. “A partir de este momento seré un gobernador que luche por todos, que vea a todos y que construya con todos”, advirtió. “El gobierno debe beneficiar a todos. Jamás el gobierno volverá a lucrar con el dinero público. El gobierno ya no será visto como un coto de poder con privilegios para unos cuantos”. El discurso suena bien, pero no hay nada nuevo. Esperemos que no sólo se indague en la corrupción de su antecesor, sino que en verdad se castigue a los responsables.