MOSCÚ.- El gobierno de Ucrania debe responder y asumir su responsabilidad por haber acusado a Rusia del supuesto asesinato del periodista ruso Arkadi Babchenko, cuando en realidad el reportero fingió su muerte para evitar un atentado, informó hoy el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov. La policía ucraniana informó el martes pasado que el periodista Babchenko había sido asesinado a tiros en su domicilio en Kiev, donde se había exiliado desde 2017 tras recibir amenazas por denunciar el papel de Rusia en el conflicto ucraniano, pero la víspera apareció con vida e intervino en una rueda de prensa. Las autoridades ucranianas deben asumir su responsabilidad por sus palabras y por acusar a Rusia de un asesinato que no fue cometido. De otro modo se parecerán a los británicos”, dijo Peskov en referencia al caso del envenenamiento del exespía ruso Serguei Skripal y su hija Yulia en Reino Unido. El portavoz del Kremlin aplaudió que Babchenko esté vivo, pero resaltó que la puesta en escena para protegerle de un atentado que supuestamente iba a ocurrir es “muy extraña”. “No sé si el fin justifica los medios en esta historia”, apostilló. Tras reportarse el supuesto asesinato del periodista, el primer ministro de Ucrania, Vladimir Groismn, acusó a Rusia de estar detrás del crimen, sin embargo, Moscú negó cualquier implicación y varias organizaciones internacionales exigieron una investigación imparcial sobre el hecho. Pero tras conocerse que fue un montaje, la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) y la Federación Europea de Periodistas expresaron su indignación por la mentira y la manipulación inadmisible de la opinión pública, en tanto la Unión Europea (UE) exigió al gobierno ucraniano una explicación. Babchenko, de 41 años, es un antiguo militar profesional que combatió en las dos campañas de Chechenia y trabajó como corresponsal de guerra para el diario Moskovski Komsomolets, el más leído de Rusia. Más tarde escribió para el periódico Novaya Gazeta, desde cuyas páginas criticó abiertamente el gobierno del presidente Vladimir Putin, y en 2017 denunció amenazas contra él y su familia, por lo que se vio obligado a abandonar Rusia.

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